Con nuevo nombre pero con el mismo espíritu de siempre se celebró los días 26 y 27 de marzo esta feria en la ciudad suiza de Friburgo. Los organizadores del antiguo OTM (Oldtimer-teilemarkt) de Friburgo han sido una de las muchas empresas que no han sobrevivido a la pandemia. El testigo lo ha tomado Dakota Events, que han decidido seguir adelante con este evento que tuvo lugar en el Forum de Friburgo. Sobre una superficie de 12.000 m² se repartían un buen número de puestos con todo tipo de miniaturas, repuestos y objetos decorativos relacionados con el automóvil. La oferta gastronómica era muy amplia e incluso muy superior a ferias de mayor tamaño. Como pequeña crítica, el número de plazas de aparcamiento para el público en general era bastante limitado y muy alejado del recinto.
Exposiciones especiales
Si bien el número de coches no era muy grande, había un par de exposiciones especiales muy interesantes. Una de ellas dedicada a las bicicletas, con ejemplares desde el año 1861, y otra pequeña muestra de maquinaria agrícola.
Los clubs y las diferentes asociaciones son una parte esencial para que este tipo de eventos lleguen a buen termino. Y también para que los aficionados se unan y ayuden en su común afición. En esta ocasión eran varios los presentes y gracias a ellos pudimos ver las exposiciones mencionadas anteriormente. El club suizo de los amigos de las motos antiguas o la federación suiza de vehículos clásicos eran algunos de los más importantes presentes en la feria.
Los coches en venta eran en su mayoría de los llamados clásicos populares. Con unos precios bastante contenidos para lo que se estila hoy día. Desde un Datsun Cherry de 1982 por solo 3.900 Francos suizos, pasando por los 8.500 que se pedían por un Renault 4. Aunque uno de los vehículos más interesantes en mi opinión era un precioso Fiat 520 del año 1928 y con un precio de 36.800 CHF. Una cifra más que apetecible teniendo en cuenta que solo su restauración había costado casi el triple. Por cierto algo sorprendente en este coche era el perfecto e increiblemente suave funcionamiento de su motor de seis cilindros.
El aparcamiento de clásicos
En todas las ferias normalmente hay disponible un aparcamiento para la gente que acude con su preciado clásico. Como siempre en Suiza la variedad es enorme. Uno puede desde un Ford T hasta un Ferrari 400i pasando por una gran variedad de coches americanos.
Aunque esta primera edición con nueva organización y nuevo nombre ha sido algo más reducida en tamaño y expositores, a buen seguro que en próximos años volveremos a disfrutar de esta feria en su antiguo esplendor.
Fotografías: Jose González.