Ruta de museos por la Emilia Romaña

Cuando un amante del automóvil piensa en un viaje por Italia, seguramente le viene a la cabeza una región en concreto. La mayoría de la gente pensará en Venecia, Roma o Florencia como ciudades a visitar para su viaje soñado por Italia. En mi caso soñaba con Maranello, Módena o un pequeño pueblo llamado Sant’Agata Bolognese. La región donde están situados todos estos lugares es la Emilia Romaña.

La Emilia Romaña es una de las regiones más ricas de Italia y de Europa y su capital es Bolonia. Su economía se basa principalmente en la agricultura. Sus productos son conocidos en el mundo entero: el vino Lambrusco, el jamón de Parma, el vinagre balsámico de Módena o el queso parmesano son algunos de esos ejemplos. También los grupos Barilla y Parmalat son dos de los principales motores económicos de la zona.

Pero si hablamos de motores lo que hace especial a esta región es que aquí han nacido algunas de las más importantes marcas de deportivos del mundo. La Emilia Romaña es la cuna de: Ferrari, Maserati, Ducati, Lamborghini, Stanguellini o Pagani.

La elección del hotel es uno de los mayores quebraderos de cabeza a la hora de organizar cualquier viaje, horas de búsqueda, para que tus vacaciones soñadas no se conviertan en un fiasco. En nuestro caso la elección resultó ser todo un acierto, el hotel Maranello Palace cumplía todas nuestras exigencias a un precio razonable. Pero lo más importante es que ¡ Está situado justo enfrente de la fábrica de Ferrari! Por cierto este hotel dispone de un restaurante espectacular llamado «La Gazzella», y es que no se a vosotros pero en mi caso tan importante es el evento automovilístico como el disfrutar posteriormente de una buena pitanza.

Y ya que nuestro hotel estaba situado en Maranello nuestra primera parada, como no podía ser de otra manera, fue el Museo Ferrari Maranello.

Aquí uno puede deleitarse con la historia completa de la marca de deportivos por autonomasia, un viaje a través del tiempo con los bólidos más emblemáticos de la Scuderia Ferrari y los más increíbles deportivos, tanto de calle como de competición de la marca del Cavallino Rampante.

Podemos ver desde el Ferrari 500 F2, que fue el coche con el que Alberto Ascari logró el primer titulo de fórmula uno para Ferrari en el año 1952, hasta los más recientes monoplazas con los que Michael Schumacher consiguió cinco títulos mundiales para la marca.

La mayoría de los vehículos que se exponen en este museo pertenecen a colecciones particulares, con lo que la exposición se va renovando cada cierto tiempo. El museo no es muy grande y no nos lleva más de dos horas la visita completa, aunque se puede hacer sin problemas en una hora, ya que en mi caso siempre necesito dar una segunda vuelta, no vaya a ser que me haya perdido algo…

Una vez terminada la visita en Maranello, la siguiente parada es Módena. Ambas ciudades están separadas por apenas 20 Km, con lo cual los dos museos se pueden visitar el mismo día sin ningún problema. En Módena nos encontramos con el museo Enzo Ferrari. La casa donde nació Enzo en el año 1898, junto al taller que fuera propiedad de su padre, han sido restaurados y aparte se ha construido un edifico de estilo futurista. En el nuevo edificio, donde las paredes y suelos son de color blanco, los coches son expuestos sobre unas plataformas, algo que les hace destacar y les da un aspecto más espectacular aún si cabe.

En el edifico antiguo, incluso se han restaurado algunas habitaciones para poder ver como era la oficina de Enzo Ferrari.

Y por supuesto disfrutar también del corazón de los deportivos de Maranello. Sus motores son verdaderas obras de arte, da igual que sea un motor de calle o de carreras.

Ferrari ha cosechado éxitos en casi todas las disciplinas del motor, sus coches son los deportivos más deseados del planeta y es sin duda ninguna la marca más deseada por todos los coleccionistas del mundo, como demuestran los precios que se pagan año tras año por sus coches en las subastas que se celebran en todo el mundo. Pasar un día en estos museos, en estas ciudades, donde todo gira en torno a Ferrari, como si de una religión se tratara, es una experiencia única para cualquier amante de la marca o del automóvil en general.

Después de un día tan ajetreado, un paseo por el centro de Módena es una muy buena opción para terminar la jornada. En esta ciudad la «Piazza Grande», la catedral y la «Torre Cívica» están declaradas como patrimonio de la humanidad por la Unesco. Por supuesto disfrutar de la gastronomía local en uno de los muchos restaurantes de Módena es una obligación antes de continuar nuestro viaje.

Nuestra próxima parada es San Cesario sul Panaro, un pequeño municipio de poco más de 5.000 habitantes, que desde hace algo más de 20 años se ha convertido en la sede de uno de los fabricantes de super deportivos más deseados del momento, y es que esta pequeña localidad alberga la fábrica de Pagani.

Al lado de la fábrica, que también se puede visitar pero no fotografiar, el pequeño museo de Pagani es una parada obligada para cualquier admirador de la marca. Este museo es el más pequeño de nuestra ruta, aunque a pesar de ello los espectaculares Zonda y Huayra bien merecen un alto en el camino.

Nos subimos al coche y tras solo 18 km llegamos a otro pequeño municipio, Sant´Agata Bolognese. Fue en el año 1963 cuando comenzó la leyenda de un constructor de tractores que se convirtió en uno de los fabricantes de deportivos más codiciados del mundo. En el museo de Lamborghini se combinan sus coches más legendarios con algunas de sus más recientes creaciones. Desde su primer deportivo, el 350 GT de 1963 hasta el reciente Urus, el primer SUV de la marca. Por supuesto en este museo también pudimos ver los modelos más emblemáticos de la marca. Coches como el Miura, el Countach o el Diablo han pasado a la historia del automovilismo como los deportivos más espectaculares de su tiempo.

Estos no son los únicos museos de coches de esta región, aunque en nuestro viaje no pudimos visitarlos, quedará para el futuro la visita al museo Stanguellini en Módena. También en Módena se puede visitar la colección de Umberto Panini, una de las colecciones de Maserati más espectaculares del mundo.

En homenaje a su padre, Tonino Lamborghini ideó un museo que repasa la vida de Ferruccio, con algunas de sus creaciones mecánicas y un amplio repaso fotográfico de la familia. Este museo se encuentra en las inmediaciones de Bolonia, que por cierto, es una ciudad que bien merece ser visitada.

Fotografías: Jose González.

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