Sustenpass y Ace Cafe

Este verano apenas tuve tiempo para dedicar a mi hobby, pero el segundo fin de semana de octubre conseguí terminar todo el trabajo que tenía planificado durante la tarde del sábado y pude dedicar el domingo a conducir y disfrutar del coche.

Una reflexión rápida y un vistazo a los eventos cercanos me llevaron a decidir visitar el British Car Meeting en el Ace Cafe Luzern; no conocía este sitio, así que era doblemente interesante.

En el Ace Cafe se reúnen generalmente moteros y automovilistas. Cada fin de semana se organiza algún evento especial como este encuentro de coches ingleses o el encuentro de Ford Mustang de la semana anterior.

Soy una persona extremadamente tímida en este tipo de eventos llenos de gente desconocida, lo que me supone una traba a la hora de asistir. Aún así, conseguí vencer a la pereza y allí estaba el domingo a las 10:30 de la mañana, media hora después de que el evento comenzase. El párking estaba ya lleno de coches, aunque pude aparcar en la última plaza de las que se encuentran delante del café.

Ya había una buena selección de cacharros interesantes como un Aston Martin DB7 Vantage, al menos media docena de Lotus Elise y Exige, otros tantos Caterham (incluido un CSR), Morgan, E-Type y un largo etcétera.

Poco después llegó uno de los coches más interesantes de cuantos asistieron, un Aston Martin DB2 Vantage. Ya había visto varios DB2, pero ninguno con el motor Vantage. Si queréis saber qué tiene de especial, podéis leer este artículo.

No mucho más tarde apareció la estrella del evento, un Aston Martin DBR1 que aunque fuese una réplica casi con total seguridad, contaba con gran cantidad de pegatinas de verificación de carreras de clásicos e incluso de la Mille Miglia.

Tras un par de horas admirando los coches que se habían reunido, decidí que era el momento de partir y hacer lo que realmente me gusta con el coche: Conducir.

El trayecto desde el Ace Cafe en Emmen hasta Innertkirchen discurre en gran parte por la autovía A8, que no tiene nada reseñable. No son las autovías lo que nos gusta en este blog. Poco después de abandonar la A8 en dirección Interlaken nos encontramos con un tramo de carretera mucho más interesante, el paso de Brünig, una carretera muy bonita y seguramente divertida si el tráfico que la abarrota continuamente nos permitiese disfrutar de ella.

Parada obligatoria es uno de los miradores con una espectacular vista del lago Lungernersee.

En la cima de este pequeño paso de montaña podemos encontrar una pintoresca tienda de artículos de segunda mano, Brockenhaus Brünig Passhöhe, en la que se puede encontrar todo tipo de parafernalia de épocas pasadas.

Según me acercaba a Innertkirchen empecé a notar mayor presencia de coches deportivos de todas clases (Caterham, BMW M, Porsches de toda índole…) y motos, muchas motos. Parece que todos decidimos aprovechar estos últimos días de sol y ausencia de nieve para disfrutar de nuestros cacharros.

Los paisajes alpinos con la luz y los colores otoñales no dejan de sorprenderme. Desde que vivo en Suiza el otoño es sin duda mi estación favorita. Atrás queda la época en la que todo está todo plagado de turistas; los días siguen siendo aceptablemente largos y además el paisaje nos regala unas vistas inmejorables.

Vamos a lo interesante, mi objetivo de hoy era conducir por el Sustenpass, uno de los pasos alpinos más conocidos de Suiza. Inaugurado en 1945, fue el primer paso de montaña diseñado específicamente para vehículos a motor y conecta los cantones de Uri y Berna.

La cima, atravesada por un túnel, se sitúa a 2224m de altura sobre el nivel del mar. Comenzando desde Innertkirchen por su lado oeste nos enfrentaremos a una ruta ascendente de 28km.

Desde la cumbre podemos admirar el glaciar Steingletscher.

Y a sus pies Susten Hospiz, donde pude fotografiar un par de coches interesantes. Creedme que había muchos más, pero parece que ninguno se vio en la necesidad de hacer una parada a mitad de ruta. ¿Por qué será?

Una vez atravesada la cumbre, las vistas se amplían y las curvas se abren dejándonos avanzar con pasmosa fluidez. El trayecto de descenso nos lleva hasta Wassen, a los pies del Gotardo.

No es una carretera en la que se alcancen velocidades descomunales, conduciendo por lo general en segunda o tercera velocidad. En total son casi 46km con una variedad abrumadora que se adapta maravillosamente al Vantage: Zonas relativamente rápidas por las que, si el tráfico lo permite, podemos exprimir el motor; zonas lentas donde sacar partido al chasis y divertirnos enlazando curvas una tras otra; túneles que con las ventanillas bajadas nos permiten gozar del sonido del motor resonando en las paredes; preciosos puentes que nos regalan vistas inigualables; rectas; curvas; más rectas; horquillas. No hay tiempo a aburrirse.

Otro gallo cantaría si hubiese tratado de conducir por aquí en pleno agosto con todos los alemanes, italianos, belgas y holandeses cruzando el paso con sus autocaravanas Iveco. Por suerte ya están en sus países y no los tendremos de vuelta hasta junio del año próximo.

El puerto suele permanecer cerrado desde principios de noviembre hasta junio debido a las fuertes nevadas. Este año, de hecho, no se abrió hasta principios de julio, por lo que la temporada durante la que se puede circular por él es realmente corta.

Los locales tienen claro que ésta es la carretera por excelencia para conducir en la zona y la cantidad de motos que me encontré durante el trayecto era abrumadora. No creo exagerar si digo que me habré cruzado con 200 motos de todos los tipos. No sólo había locales, en una de mis paradas pude fotografiar un Subaru Impreza STI venido de Austria, que por el ritmo diría que había viajado sólo para disfrutar de esa carretera.

Si hay que buscar un punto negativo, es la ausencia de quitamiedos, como también pasa en Klausenpass, habiendo en su lugar pilones de hormigón que no dan ningún tipo de confianza aún yendo en coche. No me quiero imaginar una arrastrada en moto por ahí.

De vuelta a casa encontré un lugar idóneo para una sesión de fotos con el Vantage y no pude resistirme a hacer una parada.

El año que viene tocará volver. Sabiendo, además, que se puede enlazar Grimsel, Susten y Gotthard sin carreteras intermedias nos ponemos en más de 100km de puertos de montaña. La ruta perfecta para pasar el día completo en esta zona de Suiza.

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