1924 Salmson AL GSS Wenger

En 1890, Émile Salmson fundó en Paris la empresa Émile Salmson Ing. dedicada en un principio a la producción de compresores y bombas centrífugas, que eran utilizadas principalmente en los sectores ferroviario y militar. A partir de 1896 la empresa empezó a fabricar motores de gasolina y fue una de las primeras compañías que se especializó en la construcción de motores aeronáuticos hacia el año 1911. Durante la primera guerra mundial fabricó sus primeros aviones completos.

Finalizada la guerra, Salmson decidió lanzarse a la construcción de automóviles. A partir de 1919 comenzó a fabricar Cyclecars bajo licencia de la marca inglesa G.N. y en 1920 lanzó su primer modelo propio, el Salmson AL.

El Salmson Grand Sport vio la luz en el año 1924 y era un modelo especialmente pensado para la competición. Estaba equipado con un motor de cuatro cilindros con 1.084 cc de cilindrada. Montaba dos árboles de levas en cabeza y su potencia rondaba los 40 cv. Entre los años 1921 y 1928 Salmson lograría más de 500 victorias y 10 récords mundiales en diferentes disciplinas, para posteriormente en 1929 cerrar su departamento de carreras.

En las imágenes tenemos un Salsom GSS (Grand Sport Spécial) que se distingue del GS por montar una caja de cambios de cuatro velocidades, así como una instrumentación y un equipamiento más completos.

Esta unidad con el chasis Nº 89 tuvo como primera propietaria a la princesa de Hohenlohe, con residencia en Lucerna. Una piloto aficionada que competía tanto en Suiza como en los países de los alrededores en carreras como la Klausenrennen, donde corrió los años 1924 y 1925 a bordo de un Bugatti.

La carrocería fue realizada por Carrosserie Wenger en Basilea. Esta empresa fue fundada en el año 1919 por Dominik Wenger y actualmente sigue en activo en manos de la cuarta generación de la misma familia.

Dominik Wenger nació el 2 de junio de 1892 en Reinach, cerca de Basilea en Suiza. Después de terminar sus estudios como carrocero trabajó para diferentes empresas tanto en Suiza como en Francia. Dirigió su propia empresa hasta el año 1947, fecha en la que cedió la dirección a sus hijos Maurice y René Wenger. Cuando empezaron a decaer los pedidos de carrocerías a medida para vehículos particulares, esta empresa logró sobrevivir, e incluso crecer, gracias a que nunca se había centrado exclusivamente en ese segmento. Wenger construía todo tipo de vehículos: camiones, autobuses, pequeños vehículos de reparto, camiones para el ejercito suizo, para los bomberos, coches para la policía, así como también la reparación de vehículos accidentados.

René Wenger murió en el año 1965 y la empresa quedó en manos de su hermano Maurice hasta el año 2003, momento en el que cogió el relevo la tercera generación. Ruedi Wenger dirigió la empresa hasta el año 2009 cuando entregó la batuta de la empresa a su hijo Arno Wenger, que es el que dirige en la actualidad esta firma, que el pasado 2019 celebró su centenario.

Nuestro protagonista fue recuperado a mediados de los años 60 por Ruedi Wenger y ha permanecido en manos de la familia hasta el año 2013. En la actualidad lo podemos ver en la exposición permanente de Pantheon Basel, punto de encuentro para los amantes de los clásicos del que ya hemos hablado en entradas anteriores.

Un pensamiento

  1. Una maravilla. Es curioso ver cómo muchas de las empresas que fabrican coches míticos nacieron con otra intención. Nunca había oído hablar de ella, pero me ha gustado conocer a esta empresa centenaria.

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