El garaje soñado de Jose Valdés

Leer el artículo de mi compañero (que encontraréis en este enlace) me hizo pensar con qué coches, si se diese la ocasión, ampliaría mi garaje. Veréis que las preferencias cambian sensiblemente, y yo me inclino hacia coches más modernos, aunque casi completamente analógicos y que permiten disfrutar de la conducción sin filtros electrónicos.

En mi garaje de ensueño hay una premisa inapelable: los coches que están no se van a ir. Tengo la enorme suerte de custodiar tres coches que son sobresalientes cada uno de una manera. Llamadme raro, pero yo a estos cacharros les cojo cariño y con el tiempo aprendo a apreciar particularidades que cualquier otra persona vería como problemas.

¿Qué coches están ya en mi garaje de ensueño?

Opel GT

No me cansaré de decir que este pequeño está extremadamente infravalorado. La última vez que lo conduje, en una carretera asturiana que conocemos como ‘la Faya los Lobos’ la recuerdo con absoluta vividez como una de las mejores experiencias que haya tenido al volante.

El nivel de entendimiento al que llegué con este coche dudo que pueda alcanzarlo con ningún otro que entre en el garaje; este es, no en vano, el coche con el que realmente aprendí a conducir (a llevar un coche por lo gris ya había aprendido años antes, nada que ver con lo que estamos hablando).

En este enlace podéis leer mi opinión sobre el Opel GT.

Aston Martin V8 Vantage

Un sueño hecho realidad. Sus proporciones perfectas sin trazos superfluos me hace verlo como el Jaguar E-Type del siglo XXI (ojo, que ya os estoy dando pistas de por dónde van a ir los tiros del artículo). Y no sólo es el diseño lo que me tiene enamorado de este coche, escuchar el cautivador alarido de su V8 apresurándose hasta las 7700rpm me provoca una sensación indescriptible.

No hay una sola vez que me haya bajado del coche sin ganas de seguir conduciéndolo un rato más. Eso es lo que tendríamos que buscar en cualquier coche que no vayamos a utilizar exclusivamente como transporte.

En este enlace encontraréis lo que opino de este otro coche.

Audi S4 B8

El Audi S4 B5 con su motor V6 biturbo fue uno de mis coches fetiche desde que apareció allá por 1997. De hecho ya me planteé comprarlo hace unos años, aunque en ese momento me hice con un Audi A4 B5 2.8 Avant Quattro, una versión muy descafeinada de aquél.

Cuando surgió la necesidad de cambiar nuestro coche de diario tenía claro que el siguiente iba a ser un Audi con carrocería Avant, y el S4 B8 tenía muchas papeletas, porque en esa generación se volvió a la formula que me había encandilado en el B5. En las dos generaciones intermedias el S4 montaba el V8 de 4.2 litros de la marca, un motor magnífico, claro, pero bastante más largo y pesado, que yendo colgado por delante del eje delantero, no me acababa de convencer.

Lo dicho, para cumplir las funciones de coche prestacional de diario, que permite hacer viajes con toda la familia a pleno confort, con seguridad y que se deja achuchar en algún puerto dada la ocasión, me parece el coche perfecto.

¿Con qué mejoraría mi garaje?

¿Os habéis dado cuenta de que ninguno de mis coches comparte tipo de motorización, caja de cambios o incluso tipo de admisión? Uno de ellos es un V8 atmosférico con caja de cambios manual transaxle, otro un 4 cilindros turbo con caja manual colocada tras el motor y el tercero monta un V6 que va colocado por delante del eje delantero, con compresor volumétrico y caja automática de doble embrague. Tampoco comparten tipo de carrocería e incluso la forma de trasmitir la fuerza al suelo es diferente (el Audi es 4×4 mientras que los otros dos son propulsión con autoblocante).

Lo cierto es que con estos tres coches ya están cubiertas todas mis necesidades. Si algo echo de menos y veo completamente necesario es un sitio donde poder guardarlos, con espacio suficiente para hacerles los mantenimientos y, a poder ser, con un elevador. Ese sería mi garaje soñado.

¿Y ya está? ¿Ya se terminó el artículo? No, ahora empezamos a soñar con los coches que completarían la colección de la forma más variada posible, añadiendo compañeros de cuadra que aporten algo diferente.

Jaguar E-Type Series 1 Coupe

Tengo una debilidad especial por los coches ingleses. No son los más fiables, tampoco son los más prestacionales, pero no hay nada que los iguale cuando hablamos de diseño discreto y elegante, que unido a esa sensación que generan de ocasión especial cada vez que te pones al volante, consiguen que nunca te canses de ellos y siempre eches un vistazo atrás cuando te bajas del coche.

Pocos sonidos hay más reconocibles que el del motor XK6 de 6 cilindros en línea que Jaguar utilizaba en casi todos sus coches desde finales de los años cuarenta y hasta entrada la última década del siglo XX. Podría pasar horas apreciando las joyas que guarda el capó del Jaguar E-Type, las tapas de balancines cromadas, los tres carburadores SU a un lado del bloque, por el otro saliendo unos finos colectores de escape, todo está dispuesto como si de una obra de arte se tratase, sin el sindios de los motores modernos rodeados de cables y tomas de aire por todas partes.

Aún más reconocible que el sonido es la silueta del Jaguar E-Type de primera generación, de la que el mismísimo Enzo Ferrari llegó a decir que era el coche más bonito que se había fabricado. Si Enzo lo dice, no hay nada más que añadir.

¿Qué tiene el E-Type que no tengan el resto de coches del garaje? Es el único 6 en línea de la lista, también es el único motor de carburación y sobre todo, es un coche fabricado en los años 60, con todo lo que eso conlleva.

Renault Clio Williams

Hace mucho que le tengo ganas a alguno de los pequeños utilitarios deportivos de Renault, y el Clio Williams es uno de los modelos más especiales de esa estirpe. Dudaría entre el Clio Trophy 182 y el Clio Williams. Habiendo probado un Clio Sport 182 y un Clio 16v, que son sus sendas versiones mundanas, creo que me decantaría por las sensaciones que ofrece el Williams.

Si al impresionante (para su potencia) empuje del Clio 16v le añadimos una pizca más de salsa en forma de otros 200cc de cilindrada para llegar a los dos litros y 147cv de potencia y encima lo aderezamos con un chasis bastante más afinado, la receta tiene que dar lugar, sin duda, a uno de los coches que mejor se desenvuelven por carreteras reviradas y que más sonrisas nos va a conseguir sacar.

¿Qué tiene el Clio Williams que no tengan el resto de coches del garaje? Es el único coche con motor de 4 cilindros colocado transversalmente encima del eje delantero y con tracción únicamente a las ruedas delanteras. Es además el único coche con carrocería de compacto, de 3 puertas y 5 plazas.

Porsche 996 Turbo

Al fin llega el Porsche. Un 911 es completamente diferente a casi todos los coches que hay en la carretera pero, ¿por qué elegiría este 911 en concreto? Aunque la generación 996 es la más repudiada por los ‘puristas’ de Porsche, a mí me parece que tiene las proporciones perfectas, con unas líneas más sensuales que las generaciones anteriores y posteriores, es además más pequeño que los coches que lo sucedieron y en él se solucionan casi todos los problemas de los 911 anteriores (flotabilidad del tren delantero, pedales muy desplazados a la derecha, etc).

La versión Turbo tiene además un empuje soberbio, y es, como leí hace tiempo en algún artículo que no recuerdo, ‘la forma barata de hacerse con un 959’.

¿Qué tiene el 996 Turbo que no tengan el resto de coches del garaje? En este Porsche hay muchas cosas diferentes, es el único que monta un motor de 6 cilindros bóxer, es el único con tracción integral de tipo haldex (un diferencial central transfiere par al eje delantero en caso de que las ruedas traseras pierda motricidad), es además el único motor biturbo de toda la lista; el único también con carrocería coupé con unas plazas traseras utilizables, y por encima de todo, es el único con el motor colgado por detrás del eje trasero.

Imagen cortesía de Porsche AG

Lotus Elise S1

Hasta el momento no había incluído ningún coche de motor central, y este Lotus me parece la opción más asequible y divertida dentro de esta categoría. Quizá dudaría entre el Elise o un Esprit, también de Lotus, pero sin duda en mi garaje soñado uno de los huecos estaría reservado para un coche salido de la fábrica de Hethel.

La foto que ilustra este apartado fue utilizada como imagen de cabecera en el artículo donde se presentaba este nuevo modelo en la revista Top Auto, allá por 1995. Ver esta imagen fue otro de esos puntos de inflexión en mi afición al automóvil. En el 95 un Lotus Elise era un coche sorprendentemente extraño y recuerdo que sobre todo la disposición de los faros delanteros me tenía fascinado.

¿Qué tiene el Lotus Elise que no tengan el resto de coches del garaje? Es el único que tiene el motor en posición central trasera y es también el único cuyo peso de 700kg baja notablemente de la tonelada (el clio Williams se queda en 1024kg).

Gracias al escaso peso no sólo salen beneficiadas sus prestaciones, también se puede prescindir de la dirección asistida y del servofreno, consiguiendo un coche mucho más comunicativo y con una conducción sin filtros.

Y hablando de prestaciones, ¿sabíais que el Bugatti Tipo 55 que Jose mencionaba en su garaje soñado, con 130cv y 860kg de peso tiene unos números muy similares a los del Lotus Elise? No está nada mal para un coche que ronda los 90 años, ¿verdad?

Imagen cortesía de Lotus Cars ltd.

Dodge Viper GTS

Estoy completamente convencido de que en todo garaje debería haber, al menos, un coche americano. La brutalidad y sencillez de estos coches no la vamos a encontrar en ningún coche europeo. Como alternativa a este Viper GTS únicamente me plantearía un Chevrolet Corvette C6 Z06.

Hay muchas cosas que hacen especial al Dodge Viper, empezando por el enorme V10 con 8 litros de cilindrada que tiene un par abrumador y un sonido muy peculiar. La sencillez de su interior y la ausencia casi total de electrónica lo hacen igualmente especial, es un coche que realmente hay que conducir, aunque durante el tiempo que probé el Viper RT/10 no me pareció en absoluto tan salvaje como se suele leer.

¿Qué tiene el Dodge Viper que no tengan el resto de coches del garaje? Es el único con motor V10 y el único con distribución por varillas. Algunos de los coches de la lista como el Vantage, el GT o el Elise tienen chasis independiente de la carrocería, ¡pero el Viper es el único con chasis tubular de acero!

Si quieres leer más sobre el Dodge Viper RT/10, puedes encontrar mis impresiones de conducción aquí.

Ferrari 550 Maranello

Una categoría en sí misma la formaría el V12 de la familia. Aquí tendría serias dudas para elegir entre el Aston Martin DB9, que es la opción racional y asequible, el Aston Martin Vanquish, mucho más caro al menos a la hora de comprarlo y finalmente el que creo que sería el elegido, otro coche que, al igual que el Elise, me dejó fascinado cuando se presentó en el año 1996 y verlo en directo no ha hecho más que aumentar ese sentimiento.

El Ferrari 550 Maranello supuso para Ferrari la vuelta a la configuración de GT clásico con el motor en posición central delantera y caja de cambios transaxle, dejando atrás el motor de 12 cilindros opuestos en posición central trasera del 512TR.

¿Que tiene el 550 Maranello que no tienen el resto de coches del garaje? A esta te contesto con otra pregunta, ¿te parece poco un V12 de 485cv?

¿Y si el dinero no fuese absolutamente ningún problema?

No estaría nada mal una colección con todos los anteriores, pero vamos ahora con el plato fuerte de este artículo, los coches por los que me desharía de todo lo que tengo en el garaje y que aún así seguirían siendo sueños absolutamente inalcanzables, aunque viviese 7 vidas:

Porsche Carrera GT

El Porsche Carrera GT es, sin ningún lugar a dudas, mi coche favorito. Sin restricciones de dinero y pudiendo elegir únicamente un coche, sería este. Lo es ahora, lo fue desde el día que supe de su existencia y lo será hasta el fin de los días. Cómo no lo iba a ser, este coche se concibió para utilizar un motor diseñado originalmente para la Formula 1. Cuando se desechó el programa de F1 se trató de utilizar en resistencia, para lo que ademá se diseñó un chasis de carbono y dado que ahí tampoco se llegó a ningún puerto, se construyeron 1270 Carrera GT a partir de esos diseños de motor y chasis.

Como veis muchos de los coches de los que he hablado hasta ahora despertaron en mí algo especial cuando se presentaron, y el Carrera GT no fue una excepción. Hay dos cosas que puedo asegurar que escuché más de mil veces, una es Sultans of Swing de Dire Straits y la otra es este vídeo de Tim Schrick.

Ya decía mi compañero en su artículo cuando hablaba del Pagani Zonda que sus prestaciones fueron ampliamente superadas por los superdeportivos modernos. Con el Carrera GT pasa lo mismo, seguramente hasta la última versión del Megane RS consiga completar la vuelta a algún circuito mítico en menos tiempo que el Carrera GT, pero seguro que no me haría tan feliz.

Aston Martin One-77

Y si el Carrera GT es mi coche favorito el One-77 no se le queda lejos. Uno de los últimos superdeportivos que realmente encandilan por diseño, sonido, brutalidad y mecánica.

El One-77 monta una versión extremadamente radical del V12 que vimos por primera vez en el DB7 y que utilizan también, entre otros, el DB9 y Vanquish. En este caso, la cilindrada sube a 7.3 litros y la lubricación pasa a ser por cárter seco, igual que en los Aston Martin V8 de la época. Todo va montado en un chasis de fibra de carbono, material que también se usa para todos los paneles de la carrocería.

Quizá el One-77 sea el coche que más me ha impresionado al verlo en directo, sus formas son mucho más musculosas, proporcionadas y tienen mayor fluidez de lo que se puede apreciar en las fotos.

Ya sabéis que en esta Santa Casa le damos mucho valor al sonido. Creo que es totalmente de recibo compartir con vosotros la prueba que hizo Harry Metcalfe de este coche para que lo disfrutéis, a ser posible, tanto como lo hice yo.

Pegaso Z-102 Touring Berlinetta

Y por encima de todos ellos está la que para mí es la obra maestra del automovilismo patrio. Lo mejor y más bonito que salió de las fábricas españolas, y quizá del mundo.

Siempre hay un genio detrás de estos coches, si en el Dodge Viper y Opel GT era Bob Lutz y en el One-77 Ulrich Bez, en este caso el alma máter de Pegaso y de este Z-102 es el español Wilfredo Ricart, un experimentado diseñador e ingeniero proveniente de Alfa Romeo donde colaboró con Enzo Ferrari y que había vuelto a España tras la Segunda Guerra Mundial huyendo de Italia, por estar las fábricas destruidas y las empresas arruinadas.

El avanzado motor de 8 cilindros que anima a los Z-102 estaba fabricado en aluminio y dotado de lubricación por cárter seco y cuatro árboles de levas movidos por cascada de piñones que movían las 32 válvulas. Según versiones tenía cilindradas de 2.5, 2.8 y 3.2 litros, esta última alcanzando la asombrosa cifra de 360 caballos, una potencia astronómica para un coche de calle de principios de los años 50. El Z-102 montaba caja de cambios transaxle colocada sobre el eje trasero, algo que Ferrari tardaría aún una década en utilizar en sus coches.

Para construir la carrocería Touring utilizó su conocido método Superleggera que emplea un esqueleto de finos tubos de acero que dan consistencia a los paneles de aluminio de la carrocería, consiguiendo reducir considerablemente el peso.

Hay muchos coches que se quedan fuera. Los Jaguar XK120, C-Type y D-Type me parecen de los coches más bonitos que se hayan fabricado nunca, con permiso del Lamborghini Miura o del Aston Martin DB2/4 MKIII. No les van muy a la zaga los Citroën DS y SM. Hay coches aún más especiales como cualquiera de los Ferrari 250 o 275 con sus V12 Colombo o las esculturas sobre ruedas que son todos los Bugatti, pero esto no va de poner todos los coches que me gustan, que son muchos, sino de soñar con qué cacharros ampliaría mi garaje.

Seguro que a vosotros se os ocurre una lista muy diferente y seguramente mucho mejor. Podéis compartir vuestras listas en la caja de comentarios.

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