Recupero esta entrada que escribí allá por 2015 en mi anterior blog para echar la vista atrás y aportar un poco de perspectiva en mi próximo artículo, donde analizaré el panorama actual de la simulación de conducción en PC.
Desde Grand Prix de Geoff Crammond, siempre he sido un apasionado de los simuladores de conducción en PC, aunque hasta esta última generación nunca los había visto como algo serio, donde lo que aprendes dentro del simulador se pueda aplicar después a tu conducción en la vida real. En esto influye, por supuesto, tanto que los simuladores cada vez representen la conducción con mayor fidelidad, como la enorme calidad de los periféricos que se utilizan en el mundillo.

En un principio, como cualquiera que haya ‘jugado’ a los simuladores de la época, ni siquiera me podía plantear que aquellas amalgamas de píxels se pudieran comportar de forma mínimamente realista, y mucho menos utilizando el teclado para controlarlo. Todo eso ha evolucionado muchísimo hasta el panorama actual donde tenemos rFactor2, Assetto Corsa y Project Cars como máximos exponentes.
Me decidí a escribir esta entrada tras comparar muy a fondo estos tres simuladores de última hornada <<recordad, este artículo es de 2015>> centrándome en lo fielmente que representan la realidad, y comprobar que sólo uno de ellos hace que la conducción sea tan natural como llevando un coche real. Ese simulador no es otro que rFactor2.
Considero que en ninguno de los tres existen a día de hoy mods de coches de calidad equiparable al contenido oficial, al menos en cuanto a físicas se refiere, por lo que hablaré siempre refiriéndome a contenido creado por los propios desarrolladores y, sobre todo, coches de calle con neumáticos convencionales. No pasa lo mismo con los circuitos, donde sí que hay verdaderas obras de arte.
Desde la publicación de la versión 1.0 de Assetto Corsa me decidí a dedicarle mucho tiempo, probando en profundidad todos los coches y circuitos que ofrece. El simulador está bien trabajado, la sensación de inmersión es alta, la dirección se siente natural y el comportamiento de los coches dentro de los límites de adherencia es totalmente creíble.

Todo cambia una vez pasado el límite de adherencia, al principio achacaba la imprevisibilidad de las reacciones a los neumáticos de competición en unos casos, semislicks en otros o a la distribución de pesos en algunos coches, pero el mismo comportamiento aparece con neumáticos de calle y en cualquier tipo de coche en mayor o menor medida, y es que en casi todos los vehículos, una vez que el neumático pierde agarre lateral, es complicado y sobre todo muy poco natural recuperarlo sin sobresaltos.
De Assetto Corsa salté a Project Cars tratando de comparar coches equivalentes o idénticos. En este simulador las reacciones son mucho más previsibles y todo se hace de forma más natural, pero la dirección hace que se pierda inmersión con un tacto excesivamente brusco, sobre todo cuando el neumático vuelve a tener adherencia.

Y llegamos a rfactor2, un simulador que tenía bastante abandonado desde hace unos meses. Aprovechando una instalación limpia instalé únicamente las últimas versiones del contenido oficial. Elijo coche y circuito y me dedico a provocar las situaciones que me llevan a la desesperación en los otros dos simuladores. Todo sucede como esperas, exáctamente igual que tu cerebro recuerda que puedes hacer en la vida real. La dirección tiene el tacto, la dureza y las reacciones que debe tener, el comportamiento de los neumáticos más allá de los límites de adherencia es asombrosamente natural, incluso el comportamiento en frenada me recuerda muchísimo al de mi coche en la vida real. Este simulador es más exigente que sus rivales, pero a cambio ofrece una satisfacción y un disfrute como ninguno.

Los puntos flacos de este último no son pocos; sus desarrolladores se han centrado por completo en el apartado de físicas, donde bajo mi punto de vista y conociendo lo que falta por venir (un modelo de neumáticos aún más evolucionado, por ejemplo) parece casi imposible encontrarle ninguna falla. Por contra el apartado gráfico, los sonidos y la interfaz de usuario están muy por detrás del resto. De todas formas, el mayor problema de rFactor2 es la extrema complejidad a la hora de hacer mods y la nula disponibilidad de documentación para ello, haciendo que el grueso de la comunidad que utilizaba la versión anterior de este simulador lo haya abandonado casi por completo.

Y ahora la pregunta que yo mismo me planteo continuamente, ¿se puede aplicar lo aprendido en los simuladores a la vida real? En mi caso diría que el camino tiene las dos direcciones. Aplicando lo que sé de la conducción real al simulador, sólo en rFactor2 encuentro unos resultados consistentes que a su vez me ayudan a mejorar mi conducción y ser capaz de prever situaciones para las que no tengo experiencia real previa.
Buen análisis de los simuladores. En mi opinión está claro que se puede llevar la práctica de simuladores a la vida real, no me cabe ninguna duda. Saludos.
Buen artículo!