Proporciones en el automóvil

En el primer número de “The Road Rat”, una nueva revista editada en el Reino Unido que se aproxima al automovilismo dejando ligeramente a un lado los coches y centrándose en el mundo que los rodea, me quedé con una frase de Giorgetto Giugiaro:

¿Qué es la belleza en el automóvil? Es la simplicidad en su arquitectura y las proporciones correctas. Las cosas simples son las más bellas.

Giorgetto Giugiaro

Pues precisamente de eso quería hablar en este artículo, de las proporciones en el diseño del automóvil. Vamos a tratar de analizarlas utilizando, cómo no, el Aston Martin V8 Vantage. Además hace un tiempo volví a dibujar coches por diversión y en algunos de mis dibujos pude comprobar cómo los Aston Martin tienen siempre diseños muy sencillos, sin apenas elementos estéticos añadidos, mientras que la mayoría de coches como el Opel GT, tienen muchísimas líneas y vértices que hacen de su diseño algo realmente complicado.

Las proporciones son la manera en la que las diferentes formas se relacionan y complementan entre sí creando una sensación completa del objeto que se está diseñando.

Vamos a empezar con un poco de matemáticas. ¿Quién dijo que no son bonitas? Quizá recordéis la sucesión de Fibonacci que estudiasteis hace unos años, esa serie en la que la suma de dos números consecutivos siempre tiene como resultado el siguiente número:

0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, ...

La relación que existe entre cada pareja de números consecutivos (es decir, si dividimos cada número entre su anterior) se aproxima al número áureo (1,618034…).

De forma más visual, si creamos un rectángulo cuyos lados toman las medidas de dos números consecutivos de la serie de Fibonacci:

Hacemos divisiones en el rectángulo siguiendo la sucesión:

Y dibujamos una elipse uniendo los vértices de estos rectángulos:

La elipse resultante, conocida como espiral áurea, denota proporciones que nuestro cerebro encuentra atractivas y aparecen constantemente en la naturaleza. Todo lo que se diseñe bajo estas premisas nos parecerá naturalmente proporcionado.

En 1509, el fraile y matemático italiano Luca Bartolomeo de Pacioli publicó un manuscrito titulado Divina Proportione, que versaba sobre las matemáticas y la proporción en el arte. Con el título de esa obra se rebautizó la proporción áurea como Divina Proporción, y con un nuevo título tan asociado a Dios, el interés por ella aumentó.

Podemos encontrar la divina proporción en las obras de artistas de ese período, como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.

¿Y cómo aplicamos esto al diseño del automóvil? Pues para Aston Martin ésta es su premisa básica. En la imagen siguiente podemos ver que la longitud total del coche, la longitud del capó, la altura de la parte inferior del coche, la distancia entre la rueda y el pilar A e incluso la posición de la branquia lateral cumplen la proporción áurea. Si esto no es arte, me diréis vosotros qué es.

Una de las proporciones que más se ha de cuidar para conseguir una imagen dinámica y atractiva es la relación entre la parte acristalada de la carrocería y la parte inferior de ésta. Aquí la norma depende en gran medida del tipo de coche que se esté diseñando. Para el diseño de una berlina se seguirá la proporción áurea, mientras que en el caso de un deportivo, la parte acristalada será más baja de lo indicado por la proporción áurea.

La relación entre el diámetro total de las ruedas y la distancia entre ellas (no confundir esto con la batalla, que es la distancia entre los ejes, aunque evidentemente tienen relación directa) debe cumplir también la proporción áurea.

Una forma muy sencilla de aproximar la proporción áurea en este caso es utilizando el tamaño de las ruedas como guía. El espacio entre las ruedas del coche ha de ser aproximadamente tres veces su diámetro.

Esta regla busca la belleza, pero muchas veces dicha belleza está reñida con la funcionalidad. Si el fabricante necesita construir un vehículo con mucho espacio para los ocupantes, la batalla tendrá que ser mayor y por tanto la proporción con el tamaño de las ruedas no seguirá la regla áurea.

En otros casos se busca que el coche sea especialmente ágil, como el Lotus Elise, o especialmente pequeño para circular por ciudad como un Smart, necesitando una batalla más corta. En estos casos el recurso estético es utilizar llantas de menor tamaño, para que las ruedas parezcan más pequeñas.

Y a la inversa acabamos de descubrir por qué os gustan las llantas enormes. Sin saberlo, estáis buscando unas proporciones tan naturales y placenteras como sea posible en vuestros coches.

En cuanto a la simpleza en el diseño, como decía al inicio del artículo, eso es un aspecto que se puede apreciar con gran facilidad si se trata de dibujar la carrocería de un coche con todos sus detalles.

Este dibujo no me llevó más de 30 minutos:

En cambio para este otro, necesité más de dos horas:

Fíjate únicamente en el paragolpes delantero. En el Vantage es una curva uniforme con una única entrada de aire elipsoidal. Eso es todo. Ahora analiza la cantidad de cosas que están pasando a la vez en el frontal del Opel. El segundo dibujo debido a la complejidad de las líneas me obligó a tener que hacer muchas más correcciones, mientras que en el primero todos los trazos son realmente sencillos, con curvas de radio uniforme.

El Opel es bonito, o al menos a mí me lo parece, pero, ¿no lo es más el Vantage, con un diseño tan limpio y sencillo?

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