
Con el nuevo año vuelven de nuevo las subastas, en este caso la casa de subastas americana Mecum Auctions presenta en su evento anual en Kissimmee nada menos que 3.500 coches. La subasta se celebra entre los días 2 y 12 de enero, y la estrella de la subasta era el Ford Mustang GT de 1968 conducido por Steve McQueen en la película “Bullit”.
La escena de persecución de coches de 10 minutos, con McQueen como el teniente Frank Bullitt persiguiendo un Dodge Charger negro mientras estaba al volante de este Ford Mustang GT de 1968, fue la primera en usar cámaras de una manera que puso el público justo dentro de los coches y junto a los actores. Quien no recuerda a Steve McQueen conduciendo este Mustang por las calles de San Francisco.

Todo lo que rodea al mítico actor americano se convierte en objeto de deseo de los coleccionistas del mundo entero y este coche no iba a ser una excepción, al convertirse en el Mustang más caro jamás subastado, al alcanzar los 3.740.000 $.
Para el rodaje fueron utilizados dos Mustang, aunque esta unidad con el chasis nº S125559 fue la utilizada en la mayoría de las escenas. Cuenta con un motor V8 de 390 pulgadas cúbicas, que fue modificado a petición del propio McQueen, para dotarle de más potencia y sonido, y que así resultara aún más espectacular en la película.

Concluido el rodaje, el Mustang GT de 1968 fue vendido a Robert Ross, un empleado de Warner Bros. Luego fue a parar a Nueva Jersey, en manos del detective Frank Marranca, quien compró el coche en 1970 con la confirmación de Ford que certificó que el Mustang había sido comprado por McQueen’s Solar Productions para la película.
En 1974 Marranca vendió de nuevo el coche y Robert Kiernan de Madison, Nueva Jersey, se lo llevó a su casa por un precio de 6.000 $. McQueen intentó comprarle el coche, pero Kiernan declinó todas las ofertas del actor, que incluso se ofreció a encontrarle otro Mustang de similares características.

El coche fue conducido por la mujer de Kiernan, hasta que en el año 1980 una avería en el embrague hizo que la familia guardara el Mustang en un garaje, en aquel momento tenía 65.000 millas en su marcador. En el año 2001 Robert y su hijo, Sean Kiernan, intentaron devolver el coche a un estado de uso aceptable pero sin perder la originalidad. Poco después Robert Kiernan fue diagnosticado de la enfermedad de Parkinson y la restauración se dejó de lado.

A pesar de que en 2008 intentaron retomar el trabajo y reconstruir el motor, a medida que el Parkinson empeoraba, Sean Kiernan veía como debía dedicar más tiempo a mantener la granja familiar. Robert Kiernan falleció en el año 2014 sin ver a su amado Mustang rodar de nuevo por las carreteras. Finalmente en 2018 estuvo terminado y fue expuesto en el salón de Detroit junto a la edición especial “Bullit”, que Ford presentó en ese salón sobre la base del Mustang de aquel año.
El motor se reconstruyó utilizando el mayor número de piezas originales que fue posible. En la carrocería se intentó dejar el coche lo más original posible, incluso se pueden ver los agujeros por donde pasaban los cables o donde iban fijadas las cámaras que se utilizaron durante el rodaje.

El Mustang Bullit es una pieza única, que junto con el Aston Martin DB5 de James Bond o el Porsche 917 utilizado por el propio McQueen en la película “Le Mans”, pueden ser considerados como los coches más icónicos de la historia del cine, algo que vemos corroborado en el precio pagado por esta unidad.








Fotografías: Mecum Auctions.