
Situado a pocos kilómetros de Milán, en Arese, “La Macchina del tempo – Museo Storico Alfa Romeo” es uno de esos lugares que te hacen viajar en el tiempo durante un par de horas. Inaugurado en 1976, en su primera etapa solo se podía visitar con cita previa. Dividido en seis plantas el museo se encontraba dentro del complejo de producción y dirección de la empresa, con lo que los visitantes debían de pasar todos los controles de seguridad que se exigen en estos lugares. Con el cese de la producción en Arese en el año 2011, el museo cerró igualmente sus puertas.

El 24 de junio de 2015 volvió a abrir sus puertas, esta vez renovado y abierto al público en general. La marca quiere mostrar su esencia en tres principios: “Timeline”, que representa la continuidad industrial, “Bellezza”, como unión de estilo y diseño y “Velocità”, una muestra de tecnología y ligereza. A cada principio le corresponde una planta del museo.
Los primeros años
El primer registro oficial de esta marca tuvo lugar el 24 de junio de 1910 en Milán, A.L.F.A (Anonima Lombarda Fabbrica di Automobili). De ahí que la elección de la fecha de reapertura del museo no fue escogida al azar.
La visita se empieza por el piso de arriba, donde a cada lado de la entrada tenemos a los automóviles más antiguos de la colección, un A.L.F.A 24 HP de 1910 carrozado por Ercole Castagna y un A.L.F.A 15 HP Corsa de 1911.

Con el inicio de la primera guerra mundial, el mercado de los coches de lujo colapsó totalmente, esto hizo que la joven compañía se viera envuelta en problemas financieros. En ese punto es donde entra otro importante hombre para el devenir de la marca, el industrial napolitano Nicola Romeo. Este empresario había fundado en 1911 junto a un grupo de inversores la “Società Ing.Nicola Romeo & Co”, dedicada a la producción de maquinaria. En febrero de 1918 los nuevos dueños deciden cambiar el nombre por “Società Anonima Italiana Nicola Romeo & Co”, o resumido Alfa Romeo.

El periodo de entreguerras
El primer coche en llevar el nombre Alfa Romeo fue el 20-30 HP, este coche presentado en 1921 era una evolución del 20-30 HP anterior a la guerra. A continuación llegaría la obra maestra del diseñador, y uno de los fundadores de la marca, Giuseppe Merosi. El RL fue en sus distintas versiones tanto de calle como de competición todo un éxito para la marca. En 1923, a bordo de un RL, el piloto italiano Ugo Sivocci logró la victoria en la Targa Florio. En la parte delantera del capó el coche de Sivocci llevaba una pegatina, un trébol de cuatro hojas sobre fondo blanco. Esta fue la primera vez que se vio un Alfa Romeo con el que se convertiría en símbolo de la marca, el “Quadrifoglio”.

El primer proyecto de un joven llegado del departamento de carreras de Fiat, llamado Vittorio Jano, fue el tipo P2 de gran premio. Todo un éxito para la marca, que le reportó multitud de victorias y significó el inicio de una época de triunfos.
Con el 6C 1500 de 1928 se inauguró una de las sagas más exitosas de la marca, que se mantendría en producción hasta el año 1954. Las diferentes evoluciones de este bloque original diseñado por Vittorio Jano fueron el 6C 1750, 6C 1900. Sus sucesores los 6C 2300, 6C 2500, y 6C 3000 ya montaban otro nuevo motor, diseñado de nuevo por el propio Jano.


El 8C hizo su debut en la Mille Miglia de 1931, y aunque en esa ocasión no logró un buen resultado, pronto llegarían las victorias. El 8C ganó cuatro veces seguidas las 24 horas de Le Mans entre 1931 y 1934.La Mille Miglia o la Targa Florio también vieron el triunfo de uno de los coches de competición más espectaculares del periodo de entreguerras.


Pero no solo el 8C tuvo éxito en competición, sus versiones de calle como el 8C 2900 B Lungo que se exhibe en el museo, son consideradas hoy día obras maestras de la historia de la automoción. En especial esta maravillosa carrocería realizada por Touring, es considerada una de sus mejores creaciones y uno de los automóviles más bonitos jamás construidos.

En este periodo, los coches de gran premio también lograrían importantes éxitos en aquella lucha contra los mucho más potentes automóviles alemanes. El tipo B de 1931 logró batir a las flechas de plata en múltiples ocasiones.

De la mente de Vittorio Jano salieron dos espectaculares ideas como fueron el GP tipo A de 1931 y el Bimotore de 1935, ambos equipados con dos motores.

El tipo C 12C de 1936 fue una de las últimas creaciones de Jano antes de abandonar Alfa Romeo en 1937. No tuvo el éxito de sus antecesores y fue señalado como una de las razones para que el genio se marchara a Lancia.

El GP tipo 512 de 1940 fue una obra ambiciosa e innovadora en su tiempo, aunque el inicio de la guerra le impidió demostrar sus prestaciones en los circuitos. Fue diseñado por un hombre que había llegado a la compañía en el año 1936, el gran ingeniero español Wifredo Ricart. El mismo que más tarde nos dejaría nuestros queridos Pegaso.

Los mejores años en competición
Después de la guerra los triunfos continuaron llegando a la compañía de Portello. El primer mundial de fórmula 1, que se celebró en 1950, fue ganado por Giuseppe “Nino” Farina con el GP tipo 158 Alfetta. Este coche fue construido por el celebre ingeniero Gioachino Colombo. En 1951 la evolución del Alfetta, el tipo 159 vencería de nuevo el mundial, en el que fue el primer título de Juan Manuel Fangio en la fórmula 1.


En los vehículos de gran producción, el año 1950 fue la fecha de la llegada de una berlina que junto a sus derivados serían los encargados de coger el testigo de los 6C 2500. El 1900 era un automóvil más acorde con los tiempos que corrían. En los tiempos de posguerra los costosos 6C 2500 ya no tenían demasiada relevancia a nivel de ventas. El nuevo motor de cuatro cilindros pronto se convirtió en un éxito de ventas, e incluso logró hacerse un hueco en las carreras.

La saga de las berlinas tendría continuidad con el Giulietta en 1955, Giulia en 1962, Alfetta en 1972 o el Alfa 75 en 1985. Por cierto, el 75 fue la última berlina con la clásica configuración de motor delantero y propulsión trasera. El 164 de 1987 fue la primera gran berlina de tracción delantera de la marca, y también el primer coche lanzado después de ser absorbida por el grupo Fiat. El 164 estaba construido sobre la misma plataforma que el Lancia Thema, Fiat Croma y el Saab 9000.
Cuando la marca se encontraba en uno de sus peores momentos, una de tantas veces a lo largo de su historia, llegó el 156. Fue presentado en el otoño de 1997, en 1998 fue elegido coche del año y en los 10 años que se mantuvo en producción se construyeron más de 680.000 unidades. El 156 se convirtió en la berlina más vendida y exitosa en la historia de la marca.

De las berlinas de gran serie derivaron los más espectaculares cupés y descapotables de los años 50 y 60. Empezando por los prototipos 1900 C52 Disco Volante de 1952 y el 2000 Sportiva en 1954.

El Giulietta Spider de 1955 fue uno de los muchos derivados de esta berlina. El diseño corrió a cargo de pininfarina y estaba pensado especialmente para el mercado americano.

Los cupés realizados por Bertone o Zagato sobre la base del Giulia son hoy día unas de las piezas más cotizadas por los coleccionistas, por otra parte la belleza de estas creaciones queda fuera de toda duda.

Un coche además de rápido debe ser bonito, el 6C 3000 CM de 1953 y el Giulia TZ 2 de 1965 son buenos ejemplos de ello. El primero fue carrozado por Colli y el segundo una de las muchas colaboraciones de Zagato para Alfa Romeo.

En los años 60 la berlina Giulia tuvo su versión deportiva con la Giulia TI Super, un coche familiar con mecánica de competición y aligerado 90 kg con respecto al TI para batirse en las carreras de turismos contra los Lotus Cortina y Mini Cooper S. Todavía más extremos fueron los Giulia TZ y Giulia TZ 2, chasis tubular y una ligera carrocería realizada por Zagato, para aumentar el palmarés y la leyenda de Alfa Romeo. Más enfocados al uso diario fueron los cupés diseñados por Bertone, el Giulia Sprint GT o el Giulia Sprint GTA.

Aunque estos también contaron con sus versiones de competición, que por supuesto dejarían de nuevo incontables victorias para Alfa. El GTA 1300 Junior y el más potente todavía 1750 GTAm, consiguieron multitud de victorias en los circuitos de todo el mundo, incluidos dos campeonatos europeos de turismos.

En 1967 fue presentado el tipo 33, de la versión “Stradale” se fabricaron tan solo 18 chasis, pese a que en un principio la idea era construir 50 unidades. Su astronómico precio no ayudó en absoluto a alcanzar esa cifra. 12 de esos chasis salieron de fábrica con la carrocería oficial diseñada por Franco Scaglione, este es para muchos “el automóvil más bello jamás fabricado”.

Sobre los chasis restantes fueron varios los prototipos construidos por diferentes carroceros: El Bertone Carabo 1968, diseñado por Marcello Gandini, Italdesign Iguana 1969 por Giorgetto Giugiaro, el Pininfarina 33/2 Speciale por Leonardo Fioravanti, el Pininfarina Cuneo de 1971 por Paolo Martin y el Bertone Navajo de 1976.


En competición el tipo 33 brilló en los circuitos de todo el mundo durante casi una década, en primer lugar los tipo 33/2 y tipo 33/3 con motor de ocho cilindros.

Los tipo 33 TT 12 dieron el campeonato mundial para Alfa Romeo en el año 1975, siete victorias en ocho carreras. Su evolución, el tipo 33 SC 12 fue todavía más lejos y venció en sus ocho salidas a pista en la temporada de 1977. En la última carrera de esa temporada, Alfa Romeo montó dos turbocompresores, el tipo 33 SC 12 turbo alcanzaba los 352 km/h de velocidad máxima, pero ni el chasis ni los frenos estaban preparados para este aumento de potencia.

En homenaje a sus modelos de antaño en 2007 salió el 8C Competizione, un deportivo diseñado por el alemán Wolfgang Egger. Un tributo a los 8C de los años 30 con unas líneas inspiradas en el tipo 33 de 1967.

Y para terminar el recorrido por este museo no podemos olvidarnos de uno de los coches más sorprendentes que allí se exhiben. El A.L.F.A 40/60 HP Aerodinámica fue encargado en 1914 por el conde milanés Marco Ricotti al carrocero Ercole Castagna. Este realizó una sorprendente y aerodinámica carrocería en aluminio, el vehículo alcanzaba los 139 km/h, mejorando así los 125 km/h que conseguía la versión estándar del 40/60 HP.

La colección del museo Storico Alfa Romeo no solo cuenta con los coches expuestos en el museo, sino que tiene un buen número de unidades en constante circulación, que muestra en diferentes eventos de clásicos en todo el planeta. Por otra parte la colección está en continuo crecimiento, nuevos modelos que van llegando y donaciones, no solo de coches sino también trofeos, componentes mecánicos y un sinfín de objetos.








Fotografías: Beatriz Golpe y Jose González.